En el siglo XVI, las mujeres ocultaban sus objetos en los pliegues de sus faldas o en las mangas de sus chaquetas, pero en 1790, en París, la moda del vestido estilo imperio, dió paso al ridículo, un pequeño bolso que las mujeres utilizaban para llevar sus pertenencias.
Hoy, en el siglo XXI, el ridículo sufre las más diversas transformaciones, retoma su protagonismo y renace de la mano de jóvenes diseñadoras.
Diseños únicos, exclusivos, diferentes. De eso se trata. Esa es la búsqueda constante, el desafío permanente...transformar lo ACCESORIO en PROTAGONISTA